A mis estimados lectores, debo confesarles que el tema del comercio mesoamericano es mi favorito junto al aprendizaje del idioma náhuatl. De las varias investigaciones y anotaciones sobre dicho tema con base al área maya y mexica les comparto los siguientes datos convergentes entre ambas regiones culturales.
Los comerciantes tenían una organización aparte que incluía señores, jueces y dioses propios entre los que destacan para el área maya: Ek-chuah y Yacatecuhtli en el área mexica. Los señores controlaban las expediciones a larga distancia, podían realizar operaciones en comisión, y eran los encargados de juzgar si el gasto que hacía un comerciante valía la pena.
Las caravanas comerciales se defendían a sí mismas llegando a lugares lejanos a comerciar con artículos de mucho valor y poco peso, como piedras preciosas, algodón y plumas de aves, los comerciante mantenían estrechas relaciones con los artesanos que convertían en costosas joyas las materias primas que ellos traían.
Para iniciarse en la carrera comercial (actividad muy prestigiosa pues facilitaba un ascenso social), un muchacho debía ser aceptado por las autoridades del comercio y acudir a una expedición como aprendiz. Si regresaba con éxito, podía ser miembro de otra caravana y llevar sus propias mercancías. Para ello debía celebrar una fiesta. Tras varias caravanas exitosas podía aspirar a ser guía de caravana, lo que lograba patrocinando una fiesta lujosa, el siguiente paso era participar de las caravanas sin acudir a ellas, pero eso requería a su vez patrocinar una fuesta suntuosa y opulenta.
El transporte se realizaba con cargadores o en canoas. Las expediciones a larga distancia realizaban parte de sus jornadas circunnavegando, pero la mayor parte se hacía a pie, ivan bien preparados llevaban copal para que los dioses les guiasen, armas para no ser atacados, bebidas a base de maíz como suplemento alimenticio y yerbas para curar el dolor en sus pies, pues a veces las jornadas eran de 25X25, es decir, 25kgs cargando y caminando hasta 25kms. de distancia, por lo general este viaje llegaba a durar un año entero por lo cual su retorno era recibido con una gran fiesta.
Aunado a este comercio de larga distancia, tenemos un comercio local en el que casi cualquier cosa era objeto de venta; una red de regatones iba de mercado en mercado, comprando y vendiendo según las oportunidades.
El mercado absorbía ambos tipos de comercio, se celebraba cada 20 días en lugares pequeños, cada 5 en los de más importancia y en Tlatelolco diariamente. Allí se podían encontrar alimentos, aves, animales, pieles, tejidos, madera, cerámica y demás, era como hoy en día sucede en muchas localidades el centro de la vida de algún asentamiento y por donde circulaban muchas ideas, noticias y hasta donde muchas personas ofrecían sus servicios.
Cada tipo de mercancía tenía asignado su lugar, de forma que se podían controlar y calcular las calidades y los precios. El mercado estaba regido por un representante de los comerciantes de larga distancia y disponía además de 12 jueces, para resolver asuntos judiciales. Un cuerpo de vigilantes era el encargado de evitar fraudes y robos en cuanto a medidas y precios (que eran castigados severamente).
Los intercambios se realizaban por medio de trueque o empleando alguno de los diferentes tipos de moneda en uso, generalmente para artículos baratos semillas de cacao , artículos medianamente caros plumas, artículos caros mantas de algodón y para los artículos de lujo cuentas de turquesa y jade.