Hola estimados
lectores y fanáticos de la civilización mesoamericana, en esta ocasión
estudiaremos brevemente como eran las canoas mayas prehispánicas, un tema que
me apasiona pues a pesar de ser relativamente sencillas, realizaron un comercio
alrededor de la península e inclusive en la bahía de Honduras.
Según las evidencias históricas, los mayas
prehispánicos empleaban canoas de madera impulsadas a remo, o en aguas bajas
por medio de palancas. Representaciones artísticas de estas canoas aparecen en
códices, murales, dibujos en relieve en huesos, así como en esculturas hechas
de barro o talladas en hueso de manatí.
El hecho de que estas canoas pudieran navegar
lejos de tierra firme no está en duda, ya que se han encontrado restos de
asentamientos prehispánicos en todas las islas mayores del área maya, incluidas
las islas del arrecife Turneffe (Belice) y en islas a 60 km de la costa norte
de Honduras.
Las canoas mayas, monóxilas, talladas de
cedro, caoba u otras maderas duras, variaban en tamaño: había desde pequeñas
piraguas para un individuo hasta grandes embarcaciones capaces de acomodar
entre 40 o 50 personas. En efecto, Bernal Díaz del Castillo comenta lo siguiente
frente a las costas de Ecab (Yucatán):
“Una mañana que fueron cuatro de marzo
vimos venir diez canoas muy grandes, que se dicen piraguas, llenas de indios
naturales de aquella poblazón y venía a remo y vela. Son canoas hechas a manera
de artesanías, y son grandes y de maderos gruesos y cavados de arte que estan
huecos; y todos son de un madero y hay muchos de ellos en que caben cuarenta
indios.” Por dicha referencia concluyo que el diseño de las canoas fue
relativamente sencillo, pues no hay evidencias concretas del uso de canoas
dobles, es importante señalar que está es la única cita donde se menciona el uso
de velas, dato curioso pues descartando esta cita no hay evidencia alguna que
sostenga que las canoas mayas usaban velas.
Hay algunas representaciones de botes
pequeños en los códices mayas; en especial en el Códice Dresde, donde además de
observar la representación del bote se identifica la forma y tamaño de los
remos. Sobre la forma de remar Gonzalo Fernández de Oviedo menciona que “van algunas veces vogando de pies, y á veces
assentados, y quando quieren, de rodillas. Son estos nahes (remos) como palas luengas, y las cabezas como una
muleta de un coxo ó tollido.”
Asimismo, hay una representación de un bote
en un disco de oro hallado en el cenote sagrado de Chichén Itzá, a éstas
podemos agregar las que hay en las pinturas del Templo de los Guerreros, en
Chichén Itzá también.
En dicho Templo hubo varias escenas
pintadas que fueron reconstruidas por Earl Morris a partir de fragmentos encontrados
durante las excavaciones de la Carnegie Institution of Washington en 1930; en uno de los murales de la cámara interior
las canoas representadas corresponden a las utilizadas para la navegación
marítima pues tienen la proa y la popa más elevada que la línea de borda, lo
que las hace más estables y fáciles de maniobrar a diferencia de las monóxilas
que podemos conjeturar eran utilizadas en la navegación fluvial.
Para concluir este apartado y quedando en
espera de sus comentarios conoceremos como se realizaba una canoa monóxila, Gonzalo
Fernández de Oviedo indica que:
“Cada
canoa es de una sola pieza o solo un árbol, el que los indios vacían con golpes
de hachas de piedra enhastadas (…); y con estas cortan ó muelen á golpes el palo,
ahocándolo, y van quemando lo que está golpeado y cortado, poco a poco, y
matando el fuego, tornando á cortar y golpear como primero; y continuándolo
assi, hacen una barca quasi de talle de artesa ó darnojo; pero honda é lengua y
estrecha, tan grande y gruesa como lo sufre la longitud y latitud de el árbol,
de que la hacen; y por debaxo es llana y no le dexan quilla, como á nuestras
barcas y navios.”
Muchas faltas de ortografía y estudia en la UNAM
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