miércoles, 11 de abril de 2012

El mar y la diosa Ixchel

Al momento de la llegada de los españoles Ixchel era una de las principales deidades mayas; patrona de los nacimientos, la preñez y fertilidad, las mujeres de todo Yucatán realizaban largos peregrinajes para venerarla en sus oráculos tanto en Isla Mujeres como en Cozumel.

    La especialista en Códices mayas Laura Sotelo argumenta que la diosa Ixchel es la esposa de Itzamná (Señor de los cielos y dios del tiempo, creador de vida ), es la diosa de la preñez y del parto, la que protege a los que pronto nacerán. Es diosa de lo femenino, la que inventó el tejido, el hilado, la que da el atuendo. Por ella se forman los rostros en el vientre materno, por ella se nace a la vida.

    Asimismo Sotelo añade que también es diosa de las inundaciones y nos indica su representación plástica en el Códice Madrid: los símbolos que la rodean son los de la destrucción y símbolos de la muerte. En su falda lleva dos huesos cruzados y sobre su cabeza se enrosca una serpiente. Ella es el agua que destruye, la que da fin a las cosas. (Sotelo Santos, Laura, Los Dioses del Códice Madrid, p. 151).

    Siguiendo las investigaciones de Laura Sotelo, Ixchel realiza cuatro acciones:
1. Sostener una ofrenda entre sus manos,
2. Verter agua de una vasija,
3. Hilar y
4. Tejer.

    De esta manera su simbolismo se relaciona con su función creadora: la urdimbre puede simbolizar el mundo, mientras que el hilo que produce mediante un huso, cuando es el de la trama se le vincula con todos los sectores cósmicos; por lo tanto, las acciones de ella se relacionan tanto con el origen como con el fin de las cosas y los seres del mundo.

    Respecto a que es la diosa de la preñez y del parto, y por tanto de una concepción de vida humana, pero al mismo tiempo los símbolos que la rodean son de muerte, a mi parecer se puede explicar a que una de sus acciones es la de proteger a las parturientas, baste recordar que algunos partos son de alto riesgo donde la madre al momento de dar a luz llega a perder la vida, pero también tenemos el reverso donde la criatura puede venir fallecida al mundo.

    Esto pueda quizá explicar el porqué en la "Relación de Nabalam, Tahcabo y Cozumel" se le menciona como una diosa con funciones oraculares. Dice el autor de dichas Relaciones, Diego Contreras, que en Cozumel había un culto muy importante a la diosa Ixchel, pues llegaban personas desde Tabasco, Xicalango, Champotón y Campeche para consultar a su sacerdote, el Ah k´in (  Ah k´in: sacerdote, Diccionario de Motul Maya-Español, p.93):

(...) y que antes toda esta tierra e indios iban de ordinario a la dicha isla a adorar cierto ídolo como si fueran a ganar perdones, porque iban desde Tabasco y Xicalango y Chanpotón y Canpeche, y de otros pueblos lejanos venían a ver y a adorar el dicho ídolo, y en los dichos edificios adonde estaba el dicho ídolo tenían y estaba un indio viejo, que llamaban Alqun ( Ah k´in ) que quiere decir en nuestra lengua clérigo o sacerdote, y los indios que iban a ver el ídolo hablaban con el dicho Alquin ( Ah k´in ) y le decían a lo que venían y lo que querían, y el dicho indio viejo Alquin (  Ah k´in ) hablaba con el ídolo o con el demonio, que dicen estaba dentro de él, el cual le respondía a todo lo que le preguntaba y sabían de él todo lo que querían, y el dicho indio viejo Alquyn (  Ah k´in ) volvía la respuesta que el ídolo les daba, por manera que los indios todos de esta tierra iban a saber del ídolo todo aquello que querían, y el indio viejo, después de haber hablado con el ídolo, les daba la respuesta, y le llevaban de presente de todo aquello que tenían de sus cosechas, y este ídolo se llamaba Yschel ( Ixchel ), y este nombre llamaban a este ídolo. ( "Relación de Nabalam, Tahcabo y Cozumel" (1579) en De la Garza, Mercedes, Relaciones Histórico-Geográficas de la Gobernación de Yucatán, Vol .II, p. 187.)

    En esta interesante cita, además de saber la procedencia de los peregrinos, se nos permite vislumbrar cómo funcionaba el oráculo. Por las ofrendas que se le entregaban, o sea, las cosechas que se mencionan es de suponer que las interrogantes en su mayoría versarían sobre condiciones climáticas favorables para las actividades de sustento, aunque no dudo que se le preguntasen asuntos de índole personal.

    En la "Relación de las Cosas de Yucatán" del obispo Diego de Landa se dice:

Que tenían gran muchedumbre de ídolos y templos suntuosos a su manera y aun sin los templos comunes, tenían los señores sacerdotes y gente principal oratorios e ídolos en casa para sus oraciones y ofrendas particulares. Y que tenían a Cuzmil ( Cozumel) y el pozo de Chichenizá ( Chichén-Itzá) en tanta veneración como nosotros las romerías a Jerusalén y Roma y así los iban a visitar y ofrecer dones, principalmente a Cuzmil ( Cozumel ), como nosotros a los lugares santos, y cuando no iban, enviaban siempre sus ofrendas. ( "Relación de las Cosas de Yucatán" Fray Diego de Landa, p. 48.)

    Lo notable de esta cita es la magnitud que se le confiere al santuario de Cozumel equiparándolo con los santuarios occidentales de Jerusalén y Roma, y el respeto que se le tenía a visitarle, pues si los devotos no acudían , de cualquier manera entregaban siempre sus ofrendas a Ixchel.

    Roys por su parte propone que probablemente se trataba en su mayoría de mercaderes que combinaban el comercio con el peregrinaje, ya que Cozumel era un centro importante de distribución del producto de las salinas del norte ( Roys, Ralph L, "Handbook of  Middle American Indians Archaeology of Southern Mesoamerica", Part 2, p. 672).

    No sabemos con certeza cuál fue el papel que desempeñó en el comercio la adoración de la diosa Ixchel en la isla de Cozumel, aunque recientemente Sabloff ha sugerido que la importancia religiosa y el prestigio del altar de Ixchel, pudieron haber servido de complemento a las actividades comerciales de Cozumel, pues podía garantizarse la seguridad de los peregrinos que viajaban por áreas inhóspitas para llegar a la isla. ( Sabloff, Jeremy A, La isla de Cozumel en revista  "Arqueología Mexicana" Num. 54, p. 45.)

    Por su parte Demetrio Ramírez y María Antonieta Azcárate mencionan que gracias a dicho oráculo Cozumel se consolidó en parte como una entidad comercial de gran importancia . De esta manera pasó a ser el centro religioso más venerado del área maya, pues ahí confluían innumerables peregrinaciones de mercaderes y adoradores de Ixchel, diosa de la Luna, divinidad de la medicina, patrona tanto de las aguas continentales como de las marítimas. ( Demetrio Ramírez y María Antonieta Azcárate Soto,  Investigaciones Recientes en Cozumel en revista "Arqueología Mexicana" Num. 54, p. 49.).

   
   

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